Ya en este blog he tratado la obra de Juan Bautista Xamarro, esto ocurrió en una de las entregas de esa pequeña historia de la canaricultura que aparece con el titulo de ¿Cómo paso?. Pero ahora nos ocuparemos de ese capitulo IV de su obra para tener una idea de los que se sabia del canario en el siglo XVII.
En España puede que el primer texto que nos indica la presencia del canario sea el “Conocimiento de las catorce aves menores de jaula” cuyo autor es Juan Bautista Xamarro. En concreto el Capitulo IV esta dedicado al canario y se puede comprobar descargándose el libro en formato PDF de la Web de la Biblioteca Nacional Española en Biblioteca Digital Hispánica.
Juan Bautista Xamarro fue un napolitano que vino a España a servir a la Casa Real Española como barbero y sangrador de los pajes de S. M.. Posiblemente se encargo de tareas menores de odontología, murió en Madrid y fue enterrado en la Iglesia de San Martín en el 1623. Pero antes le dio tiempo a escribir varios libros como “Introducción a la sangría” (Valladolid, 1604) y “El tratado de la Dentadura, sus enfermedades y remedios” con dedicatoria de fecha 1597 aunque el estilo de letra es bastante posterior. En su “Historia General de la odontología Española”, D. Javier Sanz pone en duda la autoria de este libro de odontología indicando que es un plagio de otra obra de un tal Francisco Martínez. Ante este panorama, debemos suponer que su libro de las famosas 14 aves de jaula es obra suya, ¿o no?.
El Capitulo IV se puede leer:
EL pájaro Canario no es de esta tierra (se refiere a la península), vino de las Canarias en donde se cria, y de donde toma el nombre, que tiene de Canario: cuando vienen á España , yá han mudado, y no me detendré en averiguar si son mejores los de vuelo ó los de nido, supuesto que es regla general que todo pájaro para enjaular es mejor de nido que de vuelo por las razones arriba dichas.
Los mejores son los que se crian en la Isla de Lanzarote, cerca de la Ciudad Capital de aquellas Islas, en una Montaña que llaman de la Alegranza. Estos son algo mas pequeños de cuerpo que los otros, tienen la cola mas larga, y cantan mucho mas.
(La capital era Teguise, Alegranza es una isla y fue llamada asi por D. Juan de Betancourt por la alegría que tuvo cuando diviso tierra después de un viaje tan largo).
Es semejante al Verdecillo en el color y cuerpo, aunque se diferencia mucho en el Canto, pues el de este pajaro es primoroso por lo suave de su voz y continuo con muchas diferencias y quiebros; es muy manso y dócil, y se recrea cuando se le alagan y agasajan, manifestando su gozo con ciertos movimientos de cabeza y cuerpo, y al mismo tiempo pía con mucha gracia, confiado agradece el bien que le hacen.
En España no se conoce este pájaro de vuelo, pues los que hay son en parte traídos de las Islas Canarias, como queda dicho, y la mayor parte criados en pajareras, de los que hay muchos, pues se sacan todos los años muchas crías de ellos: unos los tienen y crían por puro gusto, y para recreo; y otros para utilizarse de ellos, vendiéndolos: como están criados en encierro son mansos y dóciles: del modo de criarlos se tratará al fin de este Capitulo. Los de vuelo, refieren los naturales de aquellas Islas que se desgracian fácilmente, porque sienten mucho la prisión, y se mueren, particularmente no siendo nuevecitos de la cría de aquel año; por lo qual los cazadores vuelven á soltar los viejos, porque no se les logran. La caza de ellos es en los meses de Mayo, Junio y Julio.
(Como ahora el pájaro viejo se adapta peor a la jaula que el pollo del año).
Para conocer si san machos, o hembras, se ha de atender á las señales siguientes.
El macho ha de tener la cabeza grande, el ojo grande y redondo, el pico ancho y corto, los cuchillos de las alas anchos y cortos y los encuentros de ellas muy verdes, y todo él (el macho) verde: ha de ser ancho de espalda, largo de zancas, y de buena garra.
Se conoce si son viejos ó nuevos en que en los viejos los encuentros de las alas y la pluma de todo el cuerpo y el pecho tiran un poco más á amarillos que en los nuevos.
La comida de estos pájaros es mijo, alpiste y cañamones, y puestos estos Canarios en España, mudan al mismo tiempo que los de por acá.
Si tienen alguna enfermedad, se les echa en el comedero un poco de azúcar piedra molida con los cañamones y en el bebedero un poco de triaca de esmeralda, ó unas hebras de azafrán, mientras beben, y no mas y en mejorando se lava el bebedero, y se echa en él agua limpia, con azúcar blanco. (La triaca esmeralda era un medicamento de origen oriental que llegaba a Europa a través de Venecia y que se creía en el como panacea y se clasificaba como Electuario. Era supuestamente muy eficaz contra mordeduras venenosas y la peste. El termino triaca (o teriaca) procede del griego "therion” que se utilizaba para denominar las vivoras y otros animales ponzoñosos. Fueron los maestros árabes quienes tomaron la palabra latina theriaca, asimilándola como tiryaq. Posteriormente a ésta se la volvió a latinizar como triaca, tal como se la conoció en occidente. Se le atribuye su preparación a Andrómaco de Creta, médico de Nerón, habiendo sido descripta en una poesía que Galeno conservó en su escrito De Antidotis. Esta triaca estaba formada por unas 70 sustancias distintas. Tan cotidiano era su uso que en un antiguo documento administrativo del monasterio de Camaldoli puede leerse en una nota, cuánto llevaba gastado el “speziere” para adquirir una triaca "en la feria de Vinegia" mientras que en una receta del siglo XVIII, consta que las triacas usadas en dicho monasterio siempre fueron confeccionadas según la escuela veneciana. El bálsamo teriacal era obtenido a partir de un preparado a base de víboras. Este bálsamo se vendía en Europa en pequeñas tortas redondas llamadas trochisci. De ahí el nombre troquista o droguista. Ya entrado en el renacimiento la elaboración de la triaca pasó a ser un proceso oficial complejo, sujeto a la inspección de empleados municipales, con el objeto de vigilar la comisión de cualquier tipo de adulteración.
Con el correr de los años se corroboró su ineficacia, y se empleó la misma voz para designar ciertos tipos de melaza densa y de color oscuro obtenida durante la fabricación del azúcar. Su popularidad llego a hacer que muchos escritores la citaran, así Tirso de Molina en su novela “Los tres maridos burlados” lo hace y Pedro Calderon de la Barca le dedico un auto sacramental: Veneno y la Triaca:
Un árbol fue el homicida
Del alma; otro si se advierte,
remedio; que es de la muerte,
Es ya árbol de la vida,
Y pues este , aquel aplaca
El VENENO de su abismo,
Un árbol ha sido mismo
El veneno y la triaca.)
Suele hazerseles un tumorcillo en la cabeza, que les molesta mucho, y aun se mueren de él; en este caso se les unta aquella parte con manteca, ó enjundia (Del lat. axungĭa, grasa para el eje. Gordura que las aves tienen en la overa; p. ej., la de la gallina) de gallina, con esto se les madura el tumor, y después se les saca la materia blandamente, y se curan.
Son muy molestados de piojillos, por lo que se tendrá cuidado de limpiarles las cañas de la jaula, y rociarles con vino; pues esto no solo los limpia de los piojillos, sino también los alienta, y conforta.
La mayor parte de la música de estos pájaros es del ruiseñor, y mucha parte es del Pardillo: algunos tienen una falta, que es el chirrear, lo qual afea el Canto en los que lo hacen.
Tienen estos pájaros muy suaves vueltas, asi dentro, como fuera dél a música, y también tienen un chau, chau muy gracioso, con su chuin, chuin, y qui, qu¡, y vis, vis, vis: finalmente imitan en mucha parte de su mistisica al Pardillo, y en todo lo demás al ruiseñor. Para que sean perfectamente buenos han de tener el canto muy continuo y muy largo, no han de hacer una vuelta, sino «muchas juntas, y muy largas. Si este pajaro alzara tanto la voz como el ruiseñor, fuera mas estimado que él, porque éste canta todo el año, y los ruiseñores poco mas de tres meses al año.
Estos pájaros se han de poner al sol en invierno, pero en el verano han de estar poco: mientras mudan: «se rocían con vino y después se ponen al sol, y guardarlos de los aires si están en la muda, se les tiene en lugares obscuros, y sin luz, porque mudarán mas presto y con mas facilidad.
Como en Canarias es grande la abundancia que hay de ellos, y cuestan poco, han inventado el cegar á algunos, para tener el gusto de oírlos cantar de noche pues careciendo de la vista cantan sin distinción noche y día; el cegarlos es arriesgado, y para lograr uno suele desgraciarse dos ó tres, el modo de cegarlos es como se sigue: se pone en la lumbre un hierrecillio, como un punzón, que tenga un botoncito en la punta y en estando hecho ascua , se toma el pájaro en la mano siniestra, se le sujeta de modo que no haga movimiento, y se le pone aquel botón hecho ascua delante de un ojo a corta distancia, sin tocarle en el ojo, para que se le tueste el calor, e inmediatamente se le da con manteca de cacao en todo lo quemado para templarle el ardor que le ha ocasionado el cauterio, después se hace lo mismo en el otro ojo y por espacio de catorce ó quince días se cuidara de darle cada tercer día con la manteca del cacao, para que se alivie del ardor. El tiempo en que se hace ésto es por Noviembre, por dos razones: la primera, porgue es ya tiempo fresco; y la segunda, porque estando el pájaro encerrado en la jaula desde Mayo o Junio, que se le entró en ella, sabe ya por costumbre en donde está la comida y la bebida, y así va a buscarla (hasta hace poco tiempo prevaleció esta cruel costumbre, a pesar de que ya a principios del siglo pasado se pedía por parte de los auténticos aficionados que los municipios prohibieran esta practica).
El Canario tiene dos géneros de plumaria primera es verde oscura, y los de este color son mas sosegados, y tienen el canto mas largo y claro; la segunda es verde clara, y no es tan buena como la otra, porque no se compone de tantas partes.
En Italia llaman á estos pájaros Canarij.
El tiempo de echar los canarios en la pajarera para que críen es á principios de Marzo, poco antes ó después, según esté el temporal templado.
La pajarera debe estar al medio dia para que la bañe el Sol, y esté resguardada del aire cierzo se la pondrá su red de alambre, como de una vara en quadro, y dentro a trechos unas escobas de tomillo clavadas en la pared, de modo que estén bien aseguradas, con las puntas hacia arriba bien recogidas, y en el medio de la escoba se hace un hoyo con el puño, para que hagan el nido; después se les guarnece toda la escoba con retama y romero por la parte de afuera.
Para meterles la comida y bebida se dejara a la parte de afuera de la pajarera, unas ventanillas, que se cierren, para que no se salgan, y les entre aire y por allí se les dará la comida. El bebedero estará de modo que no se puedan bañar en él, y solo puedan meter la cabeza para beber: se les pondrá alguna pluma menuda, borra o pelote bien limpio para que hagan el nido, el cual ellos le forman. A cada canario se le puede echar tres hembras. Antes de echarlos se juntarán en una jaula grande, donde estarán quince o veinte días, para que se careen en el tiempo que están en la jaula se les pondrá unas matas de berros, y en soltándolos en la pajarera unos cogollos de lechuga.
La comida será alpiste y cañamones. Cuando ya está echada la hembra para sacar la cría, se le pone otro comedero, con yema de huevo cocida, y bien picada, se le desmenuza en ella un poco de bizcocho. Y se le espolvorea con azúcar.
Se les pondrán unas cañas atravesadas en la pajarera, para que se siente en ellas. Tardan en sacar la cría diez y ocho ó veinte días: se tendrá cuidado de no entrar dentro de la pajarera, ni meterlos ruido, para que no se espanten, y dexen la cría; y si la pajarera fuere portátil, (que puede hacerse de un cajón grande) no se moverá del lugar donde se puso, para no espantarlos, ni remover los huevos. Regularmente ponen cinco ó seis huevos. Si es la cría solo de canarios, pueden echarse los machos que se quisieren con las hembras correspondientes como queda dicho, lo que no se podrá hacer, si es de mixtos, pues solo se echará un macho con las hembras que le corresponden, que son dos al pardillo, y lo mismo ál gorrión de Indias y jilguero: cada especie se pone en pajarera á parte y luego que las crías coman por sí, y no necesiten de que los ceben los padres, se sacarán para meterlos en las jaulas.
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