En estos tiempos de
crisis económica todos intentamos sobrevivir y para ello utilizamos diferentes
estrategias como reducir gastos, trabajar por menos dinero e incluso dar
sablazos a amigos y familiares.
Los ministerios o
consejerias también sufren esta crisis y suelen luchar para que sus
presupuestos se reduzcan lo menos posible y por supuesto también utilizan
diversas estrategias. Una de ellas, la más dañina, es adquirir mayores
competencias a través de los diferentes boletines legislativos, es decir tomar
competencias para ofrecer una mayor cartera de servicios y así justificar unos
gastos que aminoren las pérdidas económicas de los presupuestos.
El problema es que se
llega a extremos vergonzosos que hacen que las nuevas normas legislativas sean
un sometimiento de la voluntad del individuo y no una norma que el ciudadano
respete por convencimiento de su necesidad.
Esta mala practica
encaminada a la consecución de una mayor partida presupuestaria es muy
utilizada por ciertas consejerias pobres de mi Andalucía natal y creo que esto también
ocurre en el resto de las CCAA de España. Un ejemplo de esta administración son
las Consejerias de Agricultura y de Medioambiente.
Por ejemplo no hace
mucho legislaron para Andalucía una norma sobre la eliminación de los
subproductos animales en las actividades de caza (monterías), hace algo mas
sobre protección de la fauna autóctona y hace mas tiempo sobre la rabia y la
ornitosis.
A tenor de cómo se ha
controlado la ultima norma es de suponer que las mas recientes seguirán el
mismo camino, un descontrol total, y es que lo importante es la legislación en
sí y no la vigilancia de su cumplimiento ya que luego el dinero no se destina a
este fin o simplemente no llega para efectuar este control.
A esta sin razón hay
que añadirle que se legisla sobre competencias que no se tienen y que nunca se
van a tener y además se trata de temas que otras consejerias mas competentes no
han legislado porque entienden que carecen de importancia o simplemente que su
control representaría un freno económico o que se carecen de medios de todo
tipo para su control.
Pero esto no amedrenta
a estas consejerias, se lanzan y aprueban normas que llegan al absurdo,
recordemos el articulo 3.4 de la
ORDEN de 19 de abril de 2010, por la que se establecen los
tratamientos obligatorios de los animales de compañía, los datos para su
identificación en la venta y los métodos de sacrificio de los mismos en la Comunidad Autónoma
de Andalucía.
Este articulo es relativo
a un Tratamiento contra Chlamydophila psittaci. Y en el se cita textualmente, será obligatorio para las especies
psitaciformes antes de su venta recibir un tratamiento especifico preventivo
contra Chlamydophila psittaci de 45 días de duración, prescrito por un/a
veterinario/a autorizado/a que deberá incluir en la actuación lo establecido en
el punto 1.d).
Someter y maltratar a un periquito u otra
psitacida con un tratamiento de este tipo no es solo inhumano, además es
imposible de controlar y lo que es peor, si verdaderamente se realiza no
estamos garantizando nada, salvo que con el tiempo por este abuso de
antibióticos crearemos múltiples resistencia que repercutirán en el buen hacer
de los médicos en los hospitales al tratar muchas patologías respiratorias. Además
la OMS en el
Volumen II de su publicación ZOONOSES AND COMMUNICABLE DISEASES COMMON TO MAN
AND ANIMALS (http://new.paho.org/hq/dmdocuments/2010/ZoonosesVol-2.pdf) reconoce
que esta enfermedad esta presente en muchísimas mas especies aviares que las psitácidas
como pavos, palomos, etc. Y en este mismo texto se recomienda este tratamiento
solo para el control de un brote y no como una pauta preventiva a seguir en
ausencia de brotes, y que yo sepa no hay en España brotes desde hace muchos
años.
El resultado es que esta
norma no creo que se haya aplicado nunca, pero esto no importa, lo importante
es tener competencias.
Lo lamentable en primer
lugar es que estas legislaciones imposibles e incomprensibles se aplaudan en
ocasiones desde el sector afectado, como es el caso de ANCEP. Como diría
Enrique Jardiel Poncela, dicen lo que
piensan, pero no piensan lo que dicen (http://www.ancep.es/static/ancep_apoya_ley_psitacidas.pdf).
Por ejemplo en el texto de ANCEP destaca: en resumen y en mi opinión, la Orden es inédita en nuestro
país y ejemplar en sus conceptos, y como no puede ser de otra manera,
públicamente la respaldo, y ojala que pronto se extienda por todo el resto del
territorio nacional, porque es una Orden que beneficia a todos los criadores.
Al decir verdad, se ha quedado un poco corta, pues debería de extenderse a
todas las aves en general y no sólo a las psitácidas, y también a otras
enfermedades y no sólo a la clamidiosis, pero todo llegará.
Efectivamente la Ornitosis es una
zoonosis, pero el Sistema de Vigilancia Epidemiológico Español no la considera
una enfermedad de declaración obligatoria como por ejemplo lo es una meningitis,
la gripe, el sarampión o ciertos casos de tuberculosis. Además es mas competencia
de Sanidad Exterior (aduanas) que de una CCAA. Supongo que ANCEP estaba mal
informada, mal asesorada o simplemente vio una oportunidad de sacar provecho.
En segundo lugar a
estas situaciones llegamos también por la desidia y abandono de nuestros representantes
que solo se ocupan de sus riñas y negocios particulares.