El fluido uterino también contiene
los precursores de las proteínas que constituyen la matriz orgánica de la
cáscara. La parte orgánica representa un 2 % del total de la cáscara y esta
constituida por una mezcla de proteínas y glucoproteínas (70 %) con un 11 % de
polisacáridos. Esta matriz se integra en el crecimiento de las columnas de
calcita, dando elasticidad y consistencia a la cáscara.
El color de la cáscara que puede
ir de los huevos manchados del canario a los absolutamente blancos de un
diamante mandarín, se debe a pigmentos como las porfirinas que son
heteroproteinas derivadas del metabolismo de la hemoglobina. Estas se depositan
durante las dos ultimas horas de la formación de la cáscara.
Por ultimo el huevo esta cubierto
por la cutícula que reducen las pérdidas de humedad y la contaminación
bacteriana.
De todo esto, ¿que normas debemos
cumplir para conseguir una excelente calidad de la cáscara?, y así asegurarnos
la neiscencia de los pollos a pesar de nuestro manejo mas o menos descuidado,
del maltrato dado por las madres en sus entradas y salidas del nido, o los
daños causados en la cáscara durante el volteo. Ya que todas estas acciones
pueden producir daños mecánicos en una cáscara débil que altere la estructura y
no proteja bien al embrión. Se resume a un aporte extra de calcio en momentos
claves de la vida de una pájara, durante su pubertad para que se forme una
buena base del hueso medular, un mes antes del inicio de las puestas para que
este hueso medular acumule el máximo numero de iones de calcio y por ultimo los
por las tardes de los días anteriores a la puesta. El calcio a administrar da
igual su forma de presentación salvo en el aportado por las tardes, en este
caso como debe mantenerse el aporte de calcio durante toda la noche lo mejor son
las precipitas que por su tamaño serán mas fácil de retener en el aparato
digestivo liberando calcio a lo largo de mas tiempo. Los productores de huevos
de gallina solo administran calcio de forma continuada en esta presentación,
esto debe ser indicativo de que es la única forma de asegurar un aporte
continuado o constante en los momentos de mayor demanda de calcio por las
ponedoras.
En ocasiones se ven alteraciones
en los huevos de nuestras pájaras, la mayoría se deben a alteraciones
funcionales en el oviducto a causa de enfermedad, estrés o por una nutrición
deficiente o anómala.
Reabsorción o ruptura del folículo
y perdida del contenido en la cavidad abdominal, provocando el desarrollo de una
peritonitis. Este fenómeno suele producirse por causa de una alimentación
deficiente o en la muda.
Huevos de doble yema. Originados por dos ovulaciones al
mismo tiempo. Se producen en pájaras de todas las edades y pueden deberse a una
sobrealimentación, a causa del tamaño del huevo en las jóvenes es frecuente que
se presente prolapsos de oviducto y problemas de cáscara.
Manchas de Sangre en la yema. Se producen al romperse la pared
folicular y por arrastre de una zona vascularizada provocando este fenómeno en
la superficie de la yema.
Clara fluida. Ocurre de forma normal con la edad
y el almacenamiento durante muchos días del huevo. También tiene su origen en
ciertas patologías que altera las células caliciformes responsables de la
síntesis de ovomucina y por lo tanto de la estructura de gel del albumen.
Huevos sin yema. La presencia de un cuerpo extraño
en el magno puede provocar el deposito del albumen y la continuación del
proceso de formación sin la yema.
Huevos en fárfara. En este caso obviamente no se ha
producido correctamente la calcificación. Suele ocurrir en pájaras jóvenes por
alteraciones en la mineralización.
Huevos arrugados. Las causas son varias, hidratación
incompleta del albumen lo que impide la distensión total de las membranas
testáceas. Su incidencia puede estar relacionada con la presencia de enfermedades
víricas.
Huevos translucidos. Puede ser a causa de una fusión
incorrecta de las columnas en empalizada de calcita o por una ruptura de las
membranas testáceas. Se produce un trasvase de agua hasta el interior de la
cáscara.
Cáscara áspera o rugosa. Suelen presentarse en huevos por
un deposito extra de calcio.
Huevos sucios. Puede producirse manchas de
sangre o heces por un defecto durante la ovoposición. También puede ser causa
de una contaminación posterior, por ejemplo heces, contaminación fúngica,
restos de materiales del nido. Hay que recordar que la capa de mucina se
deposita en último lugar y permanece húmeda tras la salida del huevo.
Huevos rotos, fisurados. Suele ser por causa de un impacto
externo.
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