Hace unos años un grupo de veterinarios nos
reunimos una noche y surgió que cada uno contara su mayor metedura de pata en
sus comienzos clínicos. Allí estaba Antonio Barco que era uno de los mejores
especialistas del mundo en reproducción de vacas lecheras y contó su historia
que sucedió en Colombia donde había trabajado muchos años y luego se animo y
relato la anécdota de otro que era
intimo amigo suyo y que fue uno de los altos cargos del Ministerio de
Agricultura. Lo que contó fue lo siguiente, cuando este compañero acabo la
carrera de veterinaria en Madrid comenzó haciendo clínica a domicilio de
animales de compañía. Un día una señora que vivía en plana Gran Vía lo llamo
porque su gata estaba de parto y este se prolongaba mas de lo normal. Cuando
llego la gata estaba sobre una mesa en la que habían extendido unas toallas y
como olía algo mal habían abierto las ventanas. Para forzar el parto pensó que
lo mejor era ponerle OXITOCINA y eso fue lo que hizo, pero el problema es que
los gatitos estaban mal colocados y el parto era distócico así que la gata empezó
a sentir contracciones y por supuesto dolor. Vamos que la oxitocina no era lo
mas adecuado para ese problema, de repente la gata empezó a saltar como una
loca y termino en aquella carrera loca saltando por la ventana y cayendo desde
un tercer piso a la calle donde acabo encima de un coche por supuesto muerta.
En ese momento comprendió que había metido la pata y mientras que miraba desde
la ventana como había terminado el animal. Como no sabia que hacer y tampoco
que decir se giro muy tranquilo hacia la propietaria muy tranquilo y con una
voz que denotaba un atisbo de condolencia dijo: los siento, la gata se ha suicidado.
Esto vine a colación de que la oxitocina no esta
indicada en muchos partos pues lo que produce son contracciones musculares que
son inútiles cuando el feto no tiene espacio o esta mal colocado. Y hace unos días
un criador me comentaba que le habían recomendado el uso de esta hormona cuando
las pájaras tienen un huevo obstruido.
Circula un artículo
muy interesante de Carlos A. Cuenca veterinario de un centro de recuperación.
Si vemos su contendido podemos destacar que los que se conoce como “Huevo atravesado” es una expresión comúnmente usada entre los
criadores para describir un proceso que poca relación tiene con esta
definición, pues en verdad, el huevo nunca se atraviesa ni invierte su posición
como en ocasiones sucede en los partos de mamíferos y siempre viene bien
posicionado. Más correcta es la
expresión “huevo retenido” pues
ciertamente es lo que en verdad sucede. Sin
embargo, la expresión correcta y admitida en el ámbito científico es la de
“distocia” que viene a significar: “dificultad o impedimento para la
ovoposición (en el caso de ovíparos), o para el parto (en el caso de vivíparos)”.
Continua
haciendo una pequeña historia de este problema y de sus soluciones, a principios de los ochenta se publicaron el
Avian Medicine aportaciones de diversos autores y representó, de alguna forma,
el inicio de la especialización de la veterinaria aviar. Sin embargo, el Avian
contemplaba ya multitud de errores veterinarios, fruto de la extrapolación de
conceptos aceptados en mamíferos, mejor conocidos, aplicados y dados por buenos
en aves. Dichos errores fueron cayendo por su propio peso con el tiempo, y
actualmente la veterinaria aviar moderna se sustenta en principios mucho más
rigurosos y avanzados.
En Avian
ya contemplaba la problemática de las distocias y lo relacionaba directamente
con una deficiente fijación de calcio en la cáscara del huevo y
consiguientemente provocando una consistencia blanda de la misma que
dificultaba la ovoposición. Sin embargo esta explicación se sustentó por muy
poco tiempo pues la experiencia clínica demostró que se producían distocias de
igual manera, con independencia del grado de calcificación de la cáscara, y
también que una cáscara blanda no
representa impedimento alguno para su expulsión. Así, se admitía como válido el
administrar fármacos oxitócicos para provocar la ovoposición.
Así que
lo primero que debemos pensar es que un huevo retenido no es consecuencia de un
problema de calcificación de la cáscara.
Cita que a principios de los noventa, Forbes y Altman, desaconsejaron el uso de oxitócicos
para provocar la ovoposición, pues comprobaron que su actuación no provocaba la
relajación del esfínter vaginal. Así, el huevo es forzado a salir por una
“puerta cerrada”, pudiendo provocar la rotura y/o eversión del oviducto, por lo
que actualmente está contraindicada.
Mas tarde en 1996, Hudelson describe que la Prostaglandina E, actúa de manera similar a la
vasotocina arginina, y sí que provoca los efectos deseados en las aves,
contrayendo el oviducto y relajando el esfínter vaginal. Desde entonces, este
fármaco sustituyó a la oxitocina en el protocolo del tratamiento de las
distocias.
En su opinión en la actualidad se admite que la causa de las distocias se debe mas a:
Carencias nutricionales.
Disfunción muscular del oviducto.
Puestas crónicas.
Obesidad.
Falta de ejercicio.
Edad avanzada.
Enfermedades sistémicas o locales.
Y el Metabolismo del calcio pero no siendo este la
causa principal. No obstante el problema según este autor surge en su
metabolización para poder usarlo en la formación de la cáscara.
Como sabemos las pájaras acumulan calcio en su
hueso medular, pero necesitan no solo calcio. Además debe haber una adecuada proporción
de fósforo y estar presente la vitamina D3. Cuando la pájara comienza la
formación del huevo necesita hasta 30mg de Calcio/ml teniendo el exceso o
defecto graves consecuencias y la naturaleza sabe hacer este trabajo a la
perfección.
Mas adelante afirma que el calcio ingerido por vía oral en las 24 horas antes de la puesta,
puede carecer de utilidad terapéutica. Personalmente no estoy de acuerdo
con esta opinión ya que la puesta se desarrolla durante seis o mas días y es
tiempo suficiente para su metabolización, pero puede que el administrado unas
horas antes no se utilice hasta muchas horas después. En lo que si estoy de acuerdo
es que el calcio interviene también en la contracción muscular ya que esta
demostrado y debe haber una concentración mínima en la sangre para esta función
y que una baja concentración de calcio en sangre representa la aparición de dolores y disfunciones musculares. Pudiendo en
este caso suceder que el oviducto es incapaz de contraerse por sí mismo y la
consecuencia es que el huevo no avanza por el oviducto y no es expulsado.
El autor afirma acertadamente que el verdadero problema no deviene de la
calcificación o no de la cáscara, si no de la concentración de calcio en sangre
(hipocalcemia).
Hay que comprender el inmenso esfuerzo metabólico que representa para la hembra el producir un huevo, que en resumen es un combinado de agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales, equivalentes aproximadamente a casi el 10% de su peso corporal. Y esto ha de producirlo en a penas 24 horas.
Hay que comprender el inmenso esfuerzo metabólico que representa para la hembra el producir un huevo, que en resumen es un combinado de agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales, equivalentes aproximadamente a casi el 10% de su peso corporal. Y esto ha de producirlo en a penas 24 horas.
¿De donde
aporta la hembra todos estos nutrientes? La respuesta es bien sencilla: de su
ingesta y de sus propias reservas corporales, que son movilizadas y
trasportadas por la sangre hasta el oviducto.
Las consecuencias del problema se pueden concretar
en que la pájara podrá deshidratarse,
se empecina en no abandonar el nido y con
ello no ingiere suficiente cantidad de agua para reponer la que ha aportado en
la formación del huevo anterior. O padecer de hipoglucemia, por agotar sus
reservas de glucosa. O de hipocalcemia, por agotar la concentración de calcio
en sus huesos y posteriormente en sangre. Es decir, la distocia se produce como
consecuencia de un “agotamiento”
metabólico del ave, al agotarse sus reservas propias de diferentes
sustancias en la formación del huevo. Con la deshidratación además se detendrá
la producción de flujo lubricante, necesario para la movilidad del huevo, y
esto provocará además la adherencia del huevo a la pared del oviducto,
complicando aún más la situación. Causando lo que se denomina “fallo
multiorgánico” y consiguientemente la muerte. El ave afectada presentará signos inespecíficos, pero de manifiesta
gravedad (letargia, embolamiento, ojos sin brillo, hipotermia, shock, etc.).
El ave no morirá por ser incapaz de
expulsar el huevo, si no por las sucesivas y progresivas cascadas de reacciones
que deteriorarán sus valores fisiológicos.
Según esto, ¿Cómo deben tratarse las distocias?. Lo
primero es saber que es lo que no se debe hacer:
Nunca forzar la expulsión del huevo manualmente. Si se
hubieran llegado a producir adherencias, esta técnica podría causar desgarros
en el oviducto, e incluso su eversión al exterior. También se ejerce una gran
presión sobre los sacos aéreos abdominales que puede impedir la respiración y
el ave podría morir por asfixia durante el proceso. Aplicar aceite en el
abdomen carece de cualquier sentido, pues lo que hay que lubricar, en todo
caso, es el conducto ovopositor.
Nunca
administrar fármacos oxitócicos.
No aplicar
baños de vapor que pueden causar quemaduras e hipertermia, agravando aún más el
cuadro.
Entonces que es lo que podemos hacer, pues:
En primer
lugar, siempre se debe evaluar el ave, especialmente su estado de
hidratación.
En segundo lugar
se deberá instaurar una terapia encaminada a devolver a esa ave su estado
fisiológico normal, poniendo “en marcha” de nuevo su metabolismo, aportando los
fluidos necesarios, pero en canarios y diamantes la vía oral no es muy eficaz y
exige mucha dedicación y colaboración por parte e la pájara. Esta hidratación será
a base de un fluido acuosos que contenga azúcar, aminoácidos, vitaminas del
grupo B, calcio y algún antibiótico de amplio espectro.
¿Realmente, que es lo que el criador puede hacer para
prevenir una distocia?.
Se ha
demostrado que la luz solar está involucrada en la metabolización de la
vitamina D3, y ésta a su vez en la del calcio, relacionado también con el
fósforo (el hueso de jibia contiene ambas sales minerales, y otras mas).Los
criaderos que carecen de luz solar son más propensos a padecer distocias que
los aviarios exteriores o donde la luz natural entra directamente (sin
cristales).
De otro
lado, proveer a nuestras aves de alojamientos de dimensiones suficientes que
propicien el desarrollo del ejercicio físico y, en la manera de lo posible, el
vuelo.
Por
último, velar por una alimentación equilibrada y adaptada a cada ciclo biológico.
Creo que ha quedado claro que la presentación de un
huevo retenido no se soluciona con la oxitocina, sino con la prevención y el
manejo de las reproductoras y quisiera añadir que la oxitocina es un péptido que
esta presente en los mamíferos y que en las aves se expresa como el fenómeno de
"impronta".
Sin embargo, en las aves la oxitocina y la vasopresina
es sustituida por la mesotocina y la vasotocina teniendo hipotéticamente las
mismas funciones.
1 comentario:
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