Mi propósito para la creación de este Blog es llegar con mi afición a otros aficionados avicultores y aportar mis experiencias personales en este apasionante mundo en el que llevo muchos años.

jueves, 22 de marzo de 2012

Ramón de Fonseca y Palma.


Sin pretensiones de ningún genero, ni otros propósitos que entretener mis ocios, emprendí este pequeño trabajo, teniendo la ilusión de compendiar, por decirlo así, todo cuanto los aficionados a la cría del canario han aprendido con la practica sobre las costumbres y necesidades del mismo.

Con estas palabras Ramón de Fonseca y Palma comienza su libro La reproducción del canario.

Ramón de Fonseca era un criador de canarios y escritor sobre este tema. Descendía del Capitán General Narváez, primer Duque de Valencia y del que heredo algunas posesiones en Loja (Granada). Si bien provenía de Loja vivió y murió en Madrid en la calle Travesía de San Mateo nº 9. Ya que trabajo siempre en la capital de España. Durante los años de más popularidad como criador y escritor 1922, 1923 y 1924 trabajo como uno de los Jefes de Administración del Tribunal de Cuentas como consta en la actualidad en la página de Internet de este organismo.
Por aquellos años fue muy homenajeado y así llego a ser Socio de Honor de varias sociedades como la Pajaril Canaria y la Sociedad de Fomento y Cría el Canario.

Su famoso libro, La reproducción del canario aún hoy se puede encontrar en librerías de libros antiguos en Internet:


Y también nos lo podemos descargar en formato PDF en:  


Yo tengo una cuarta edición de él y es el mejor de la época junto al libro de Manolo Garrido, y fue plagiado casi literalmente por escritores posteriores como Recasens o Carreras. En este libro nos encontramos afirmaciones como esta: Gessner no conocía en realidad al canario, aunque también apunta errores en los escritos de Buffón y aciertos en los textos de Humboldt y Bollé que incluso llego a vivir en Tenerife (1856). Por cierto que Ramón de Fonseca también copio algo de sus predecesores, por ejemplo, cita que los mejores canarios eran los de Lanzarote y en concreto los que había en una montaña denominada Alegranza ya que si bien eran mas pequeños y de cola mas larga, su canto era muy bueno. Esto ya le hemos leído en otros autores anteriores, pero en su libro hay poco copiado de antecesores.
Como articulista publico sus trabajos en la REVISTA DE CANARICULTURA de Barcelona.
Como la mayoría de los criadores de su época era un burgués acomodado ya que esta nuestra afición en aquellos tiempos era muy cara, casi prohibitiva.


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