Mi propósito para la creación de este Blog es llegar con mi afición a otros aficionados avicultores y aportar mis experiencias personales en este apasionante mundo en el que llevo muchos años.

viernes, 22 de febrero de 2013

Para la próxima temporada de cría II (bis).


Hace unos años un grupo de veterinarios nos reunimos una noche y surgió que cada uno contara su mayor metedura de pata en sus comienzos clínicos. Allí estaba Antonio Barco que era uno de los mejores especialistas del mundo en reproducción de vacas lecheras y contó su historia que sucedió en Colombia donde había trabajado muchos años y luego se animo y relato la anécdota de otro  que era intimo amigo suyo y que fue uno de los altos cargos del Ministerio de Agricultura. Lo que contó fue lo siguiente, cuando este compañero acabo la carrera de veterinaria en Madrid comenzó haciendo clínica a domicilio de animales de compañía. Un día una señora que vivía en plana Gran Vía lo llamo porque su gata estaba de parto y este se prolongaba mas de lo normal. Cuando llego la gata estaba sobre una mesa en la que habían extendido unas toallas y como olía algo mal habían abierto las ventanas. Para forzar el parto pensó que lo mejor era ponerle OXITOCINA y eso fue lo que hizo, pero el problema es que los gatitos estaban mal colocados y el parto era distócico así que la gata empezó a sentir contracciones y por supuesto dolor. Vamos que la oxitocina no era lo mas adecuado para ese problema, de repente la gata empezó a saltar como una loca y termino en aquella carrera loca saltando por la ventana y cayendo desde un tercer piso a la calle donde acabo encima de un coche por supuesto muerta. En ese momento comprendió que había metido la pata y mientras que miraba desde la ventana como había terminado el animal. Como no sabia que hacer y tampoco que decir se giro muy tranquilo hacia la propietaria muy tranquilo y con una voz que denotaba un atisbo de condolencia dijo: los siento, la gata se ha suicidado.
Esto vine a colación de que la oxitocina no esta indicada en muchos partos pues lo que produce son contracciones musculares que son inútiles cuando el feto no tiene espacio o esta mal colocado. Y hace unos días un criador me comentaba que le habían recomendado el uso de esta hormona cuando las pájaras tienen un huevo obstruido.
Circula un  artículo muy interesante de Carlos A. Cuenca veterinario de un centro de recuperación. Si vemos su contendido podemos destacar que  los que se conoce como “Huevo atravesado” es una expresión comúnmente usada entre los criadores para describir un proceso que poca relación tiene con esta definición, pues en verdad, el huevo nunca se atraviesa ni invierte su posición como en ocasiones sucede en los partos de mamíferos y siempre viene bien posicionado. Más correcta es la expresión “huevo retenido” pues ciertamente es lo que en verdad sucede. Sin embargo, la expresión correcta y admitida en el ámbito científico es la de “distocia” que viene a significar: “dificultad o impedimento para la ovoposición (en el caso de ovíparos), o para el parto (en el caso de vivíparos)”.
 Continua haciendo una pequeña historia de este problema y de sus soluciones, a principios de los ochenta se publicaron el Avian Medicine aportaciones de diversos autores y representó, de alguna forma, el inicio de la especialización de la veterinaria aviar. Sin embargo, el Avian contemplaba ya multitud de errores veterinarios, fruto de la extrapolación de conceptos aceptados en mamíferos, mejor conocidos, aplicados y dados por buenos en aves. Dichos errores fueron cayendo por su propio peso con el tiempo, y actualmente la veterinaria aviar moderna se sustenta en principios mucho más rigurosos y avanzados.
En Avian ya contemplaba la problemática de las distocias y lo relacionaba directamente con una deficiente fijación de calcio en la cáscara del huevo y consiguientemente provocando una consistencia blanda de la misma que dificultaba la ovoposición. Sin embargo esta explicación se sustentó por muy poco tiempo pues la experiencia clínica demostró que se producían distocias de igual manera, con independencia del grado de calcificación de la cáscara, y también que una cáscara blanda no representa impedimento alguno para su expulsión. Así, se admitía como válido el administrar fármacos oxitócicos para provocar la ovoposición.
Así que lo primero que debemos pensar es que un huevo retenido no es consecuencia de un problema de calcificación de la cáscara.
Cita que a principios de los noventa, Forbes y Altman, desaconsejaron el uso de oxitócicos para provocar la ovoposición, pues comprobaron que su actuación no provocaba la relajación del esfínter vaginal. Así, el huevo es forzado a salir por una “puerta cerrada”, pudiendo provocar la rotura y/o eversión del oviducto, por lo que actualmente está contraindicada.
Mas tarde en 1996, Hudelson describe que la Prostaglandina E, actúa de manera similar a la vasotocina arginina, y sí que provoca los efectos deseados en las aves, contrayendo el oviducto y relajando el esfínter vaginal. Desde entonces, este fármaco sustituyó a la oxitocina en el protocolo del tratamiento de las distocias.
 
En su opinión en la actualidad se admite que la causa de las distocias se debe mas a:
Carencias nutricionales.
Disfunción muscular del oviducto.
Puestas crónicas.
Obesidad.
Falta de ejercicio.
Edad avanzada.
Enfermedades sistémicas o locales.
Y el Metabolismo del calcio pero no siendo este la causa principal. No obstante el problema según este autor surge en su metabolización para poder usarlo en la formación de la cáscara.
Como sabemos las pájaras acumulan calcio en su hueso medular, pero necesitan no solo calcio. Además debe haber una adecuada proporción de fósforo y estar presente la vitamina D3. Cuando la pájara comienza la formación del huevo necesita hasta 30mg de Calcio/ml teniendo el exceso o defecto graves consecuencias y la naturaleza sabe hacer este trabajo a la perfección.
Mas adelante afirma que el calcio ingerido por vía oral en las 24 horas antes de la puesta, puede carecer de utilidad terapéutica. Personalmente no estoy de acuerdo con esta opinión ya que la puesta se desarrolla durante seis o mas días y es tiempo suficiente para su metabolización, pero puede que el administrado unas horas antes no se utilice hasta muchas horas después. En lo que si estoy de acuerdo es que el calcio interviene también en la contracción muscular ya que esta demostrado y debe haber una concentración mínima en la sangre para esta función y que una baja concentración de calcio en sangre representa la aparición de  dolores y disfunciones musculares. Pudiendo en este caso suceder que el oviducto es incapaz de contraerse por sí mismo y la consecuencia es que el huevo no avanza por el oviducto y no es expulsado.
El autor afirma acertadamente que el verdadero problema no deviene de la calcificación o no de la cáscara, si no de la concentración de calcio en sangre (hipocalcemia).
Hay que comprender el inmenso esfuerzo metabólico que representa para la hembra el producir un huevo, que en resumen es un combinado de agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales, equivalentes aproximadamente a casi el 10% de su peso corporal. Y esto ha de producirlo en a penas 24 horas.
¿De donde aporta la hembra todos estos nutrientes? La respuesta es bien sencilla: de su ingesta y de sus propias reservas corporales, que son movilizadas y trasportadas por la sangre hasta el oviducto.
Las consecuencias del problema se pueden concretar en que la pájara podrá deshidratarse, se empecina en no abandonar el nido y con ello no ingiere suficiente cantidad de agua para reponer la que ha aportado en la formación del huevo anterior. O padecer de hipoglucemia, por agotar sus reservas de glucosa. O de hipocalcemia, por agotar la concentración de calcio en sus huesos y posteriormente en sangre. Es decir, la distocia se produce como consecuencia de un “agotamiento” metabólico del ave, al agotarse sus reservas propias de diferentes sustancias en la formación del huevo. Con la deshidratación además se detendrá la producción de flujo lubricante, necesario para la movilidad del huevo, y esto provocará además la adherencia del huevo a la pared del oviducto, complicando aún más la situación. Causando lo que se denomina “fallo multiorgánico” y consiguientemente la muerte. El ave afectada presentará signos inespecíficos, pero de manifiesta gravedad (letargia, embolamiento, ojos sin brillo, hipotermia, shock, etc.). El ave no morirá por ser incapaz de expulsar el huevo, si no por las sucesivas y progresivas cascadas de reacciones que deteriorarán sus valores fisiológicos.
Según esto, ¿Cómo deben tratarse las distocias?. Lo primero es saber que es lo que no se debe hacer:
Nunca forzar la expulsión del huevo manualmente. Si se hubieran llegado a producir adherencias, esta técnica podría causar desgarros en el oviducto, e incluso su eversión al exterior. También se ejerce una gran presión sobre los sacos aéreos abdominales que puede impedir la respiración y el ave podría morir por asfixia durante el proceso. Aplicar aceite en el abdomen carece de cualquier sentido, pues lo que hay que lubricar, en todo caso, es el conducto ovopositor.
Nunca administrar fármacos oxitócicos.
No aplicar baños de vapor que pueden causar quemaduras e hipertermia, agravando aún más el cuadro.
Entonces que es lo que podemos hacer, pues:
En primer lugar, siempre se debe evaluar el ave, especialmente su estado de hidratación.
En segundo lugar se deberá instaurar una terapia encaminada a devolver a esa ave su estado fisiológico normal, poniendo “en marcha” de nuevo su metabolismo, aportando los fluidos necesarios, pero en canarios y diamantes la vía oral no es muy eficaz y exige mucha dedicación y colaboración por parte e la pájara. Esta hidratación será a base de un fluido acuosos que contenga azúcar, aminoácidos, vitaminas del grupo B, calcio y algún antibiótico de amplio espectro.
¿Realmente, que es lo que el criador puede hacer para prevenir una distocia?.
Se ha demostrado que la luz solar está involucrada en la metabolización de la vitamina D3, y ésta a su vez en la del calcio, relacionado también con el fósforo (el hueso de jibia contiene ambas sales minerales, y otras mas).Los criaderos que carecen de luz solar son más propensos a padecer distocias que los aviarios exteriores o donde la luz natural entra directamente (sin cristales).
De otro lado, proveer a nuestras aves de alojamientos de dimensiones suficientes que propicien el desarrollo del ejercicio físico y, en la manera de lo posible, el vuelo.
Por último, velar por una alimentación equilibrada y adaptada a cada ciclo biológico.
Creo que ha quedado claro que la presentación de un huevo retenido no se soluciona con la oxitocina, sino con la prevención y el manejo de las reproductoras y quisiera añadir que la oxitocina es un péptido que esta presente en los mamíferos y que en las aves se expresa como el fenómeno de "impronta".
Sin embargo, en las aves la oxitocina y la vasopresina es sustituida por la mesotocina y la vasotocina teniendo hipotéticamente las mismas funciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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