Visto en www.adn.es/ciencia:
Un equipo de investigadores de la Universidad de Dinamarca del Sur y de la Universidad de Utah en Estados Unidos han descubierto por primera vez en aves cantoras la existencia de los denominados músculos super-rápidos que se creía que eran exclusivos de unas pocas especies animales. Los resultados de la investigación se publican en la edición digital de la revista PLoS ONE.
Las aves cantoras utilizan canciones complejas para comunicarse entre sí. Muchas especies son capaces de modular el sonido contrayendo sus músculos mucho más rápidamente de lo que los músculos de los vertebrados normales son capaces de contraerse.
Los investigadores han descubierto que el estornino europeo, que existe en Europa, Asia y América del Norte, y el diamante mandarín, que vive en Australia e Indonesia, controlan sus canciones con el tipo de contracción muscular más rápido descubierto hasta la fecha, los denominados músculos super-rápidos, que pueden producir composiciones a frecuencias superiores a los 100 hercios.
Un músculo que comparten tórtolas, peces y la serpiente cascabel
Sin embargo, los músculos vocales de las aves cantoras pueden producir composiciones a frecuencias de hasta 250 hercios y contraerse y relajarse en 3 o 4 milisegundos, lo que es 100 veces más rápido que un parpadeo. Los músculos super-rápidos se conocían ya, pero sólo a partir del sonido que producen los órganos de la serpiente de cascabel, varios peces y las tórtolas.
Los científicos, dirigidos por Coen Elemans, muestran ahora que en las aves cantoras también ha evolucionado este tipo de músculo. Esto sugiere que, aunque se consideraban extraordinarios, son más comunes de lo que se creía.
Los investigadores también muestran que los músculos super-rápidos proporcionan un control más rápido y preciso de las modulaciones de las melodías en las aves de lo que antes se pensaba que era físicamente posible.
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